Rubén Zalazar, el chofer que murió al intentar rescatar a las hermanas Delfina y Pilar Hecker en medio del temporal que azotó a Bahía Blanca, fue encontrado muerto este domingo en una de las lagunas formadas en el acceso a la localidad de Cerri. El hombre nacido en Viedma tenía dos hijos, Máximo y Lupe, casi de la misma edad que las niñas desaparecidas durante el temporal.

El viernes, en medio del violento temporal, Zalazar intentó rescatarlas. De acuerdo con el testimonio de los familiares, las menores viajaban con sus padres en un auto modelo Gol Trend cuando quedaron atrapados por la corriente en la ruta 3. En un intento desesperado por salvarlas, Zalazar, que en ese momento conducía una camioneta de una empresa privada de transportes, las recibió de los brazos del padre y trató de llevarlas a su vehículo, pero la fuerza del agua lo arrastró junto con ellas. Solo la madre de las niñas, Marina, logró escapar caminando entre los campos anegados.

A partir de esa situación y mientras pasaban las horas sin noticias de Rubén, su esposa, Valeria, recurrió a las redes sociales en busca de ayuda. Desesperada por la falta de comunicación, publicó mensajes solicitando información sobre el paradero de su marido. “Necesito dar con el paradero de Rubén Zalazar. Él viajó de Viedma hacia Bahía Blanca en una combi de Andreani, quedó varado cuando quiso volver por la zona de ‘El Cholo’ / Cerri”, escribió en sus redes sociales.

La publicación se viralizó enseguida y movilizó a amigos, a familiares y a desconocidos en la búsqueda del chofer desaparecido. Valeria agregó un detalle crucial: “Lo único que pude saber es que las nenas desaparecidas (Pilar y Delfina) estuvieron arriba de su camioneta”. Este dato fue fundamental para que las autoridades orientaran sus esfuerzos en la zona donde finalmente fue hallado el cuerpo de Rubén.

En su perfil de redes sociales, las pocas fotos que el chofer hacía públicas, eran protagonizadas por sus hijos y la madre de los menores. Siempre con una sonrisa, cercanos y en distintas actividades, que iban desde la pesa hasta la ida al colegio.

La tragedia ocurrió en el contexto de un temporal sin precedentes que azotó Bahía Blanca y sus alrededores. Desde la madrugada del viernes, más de 300 milímetros de lluvia cayeron en pocas horas, superando ampliamente el promedio mensual de precipitaciones. En ese marco, las localidades de Ingeniero White y General Cerri, por su baja altitud, fueron las más afectadas. El desborde de dos canales agravó la situación, dejando a cientos de familias sin hogar y provocando la evacuación de muchas familias