El incendio en el Valle Magdalena continúa siendo un desafío para las autoridades y brigadistas que combaten las llamas en la región de la provincia de Neuquén. No obstante, en las últimas horas se registraron lluvias que se espera sean un alivio para los fatigados trabajadores.

Según el último informe emitido, el fuego sigue activo, con una superficie afectada que ha alcanzado 23.131 hectáreas. El trabajo conjunto entre el Parque Nacional Lanín y el Gobierno de la Provincia de Neuquén sigue siendo clave para mitigar los efectos de este devastador incendio, que desde su inicio ha movilizado a diversos sectores y organismos provinciales y nacionales.

Desde este domingo a las 15, las condiciones meteorológicas han complicado las tareas de extinción del fuego. Un frente frío que ingresó en la región trajo consigo fuertes ráfagas de viento, lo que hizo imposible que las cuadrillas y los medios aéreos pudieran continuar con el combate directo en las zonas afectadas.

A pesar de estos obstáculos, las tareas no se han detenido por completo. La llegada de lluvias por la tarde ha generado esperanzas entre los brigadistas, aunque las autoridades han decidido esperar hasta mañana para evaluar el impacto real de la lluvia en el terreno.

Estrategias de combate

En cuanto al flanco izquierdo del incendio, se han intensificado los esfuerzos utilizando herramientas manualeslíneas de agua, y la construcción de cortafuegos con el apoyo de maquinaria pesada. Además, los medios aéreos han estado desplegados para asistir en las tareas, combatiendo los focos activos con helibalde y ayudando a contener el avance de las llamas.

Un avance significativo ha sido la construcción de un cortafuego que va desde el cañadón de caballada hasta la Laguna Verde, ubicado dentro del sector 3 del incendio. Este cortafuego tiene como objetivo delimitar y controlar el fuego en esa área, reduciendo el riesgo de expansión.

Por otro lado, en la cola del incendio, se continuaron con los trabajos en la línea de contención del fuego, utilizando motobombas encadenadas y el apoyo de los medios aéreos. En este sector, los brigadistas lograron avanzar hasta llegar a la cima del cerro que divide los valles de Huaca y Cañadón Grande, lo que constituye un punto estratégico para frenar el avance del incendio.

En el flanco derecho y cabeza del incendio, las cuadrillas siguen trabajando sobre algunos focos activos secundarios. Allí se continúan afianzando las líneas con el apoyo de maquinaria pesada y agua, lo que también contribuye a la contención y control del fuego.

La situación sigue siendo crítica

A pesar de los esfuerzos, el incendio sigue siendo una amenaza activa para las zonas cercanas y no se puede subestimar el peligro que representa para las comunidades rurales y el medio ambiente. Si bien las lluvias han traído algo de alivio, el trabajo continúa sin descanso, y las autoridades se mantienen alerta ante cualquier cambio en las condiciones meteorológicas.

Se espera que, en las próximas horas, se pueda realizar una evaluación más precisa sobre los daños y progresos logrados en la lucha contra el incendio.