El estado de las rutas en la provincia de Tucumán es algo que preocupa y afecta sobre todo a los habitantes de numerosas localidades del interior que ven afectada su vida cotidiana por los caminos que no se encuentran en las mejores condiciones para poder transitarlos con normalidad. 

La ruta 334 une las ciudades de La Cocha con Taco Ralo y en algún momento la llegada del pavimento significó la posibilidad de progreso para los pobladores de la zona por todo lo que significa un camino en buen estado. Sin embargo hoy la realidad muestra otro escenario: de los 49 km de pavimento hoy tan solo existen ocho kilómetros. 

Hay varios factores que impactaron para que en la actualidad la ruta 334 presente un estado  inadecuado: los torrentes de tormenta que bajan de las fincas agrícolas, los desbordes de acequias, los transportes pesados de granos y la falta de mantenimiento, aparecen como las principales causas.

Vecinos que se sienten abandonados

El testimonio de los habitantes del lugar refleja con exactitud los inconvenientes diarios que deben padecer al transitar por esa vía y la impotencia de sentirse de alguna manera olvidados. “Para los que vivimos en la zona es un drama permanente trasladarnos para llevar a los chicos a la escuela, salir de compras, al médico o hacer otras diligencias en La Cocha o en Taco Ralo. Hasta movilizarse en motocicleta es un problema. Y para colmo solo tenemos un colectivo al día”, explicó Aida Carrizo, del paraje La Florida.

“Aquí estamos abandonados por la comuna de Taco Ralo y por la provincia. Si por lo menos enripiaran este camino nuestros tormentos no serían tantos”, agregó la mujer.

Los desbordes de los ríos, San Francisco al este y el Palancho al oeste, en época de precipitaciones afecta principalmente a la familias que viven en El Mistol, La Esperanza, La Florida y Puesto Los Pérez. Esos dos últimos pasos se los cruza por un badén que desaparece cuando llegan las crecientes.

Yanet Medina, vecina de la zona de La Florida contó que quedan atrapados entre dos cauces y no pueden movilizarse hacia Taco Ralo ni a La Cocha. "El aislamiento a veces dura semanas y en ese lapso nadie se puede enfermar. Los más expuestos son los mayores. Es un drama de casi todos los años. La única respuesta que recibimos esos días son las bolsas con alimentos y después los funcionarios desaparecen”, expresó.

Los desmontes y sus consecuencias

Enrique Pérez, otro poblador de la zona, señala que "los desmontes descontrolados de los finqueros, sin ningún tipo de estudio de impacto ambiental, comenzaron a tener sus consecuencias. Y a estas las estamos pagando todos los vecinos que nos quedamos sin pavimento y gran parte del año aislados por los destrozos de los puentes.

También relató que ellos mismos con machetes y pala en mano, trabajan limpiando la acequia que pasa por orilla de la ruta. "No podemos estar esperanzados en la comuna porque por aquí casi nunca nadie viene”, se lamentó.

Comisión de estudio de la ruta 334

El ingeniero Ricardo Abad, titular de la dirección provincial de Vialidad (DPV), dijo que para abordar la problemática de la ruta 334 y a partir de las inundaciones del 2017, cuando desbordó el San Francisco, la Legislatura conformó una comisión de estudio.

“De este trabajo surge que hay que hacer muchas obras, pero se tiene que empezar desde Catamarca, en donde está la raíz del problema. Desde ahí y atravesando el sector tucumano, antes se extendían bañados. Se desmontó y se planta soja. Hubo un cambio de toda la corriente hídrica que hay que atender”, explicó.

El ingeniero admitió que se debe encarar un gran plan integral de arreglos porque de lo contrario la 334 no tiene solución. 

Y además reconoció que en la actualidad la situación económica es complicada y se está haciendo algo muy de a poco. "No nos sacamos la responsabilidad y por eso para que la gente no quede aislada en el verano tengo un proyecto de construcción de un puente en el Palancho. Así van a tener salida hacia La Cocha y no quedarán aisladas entre dos cauces”, cerró.