El Día del Veterinario se celebra en la Argentina cada 6 de agosto a partir de 1983 por un decreto nacional que lo estableció en conmemoración de la primera clase que se dio en esa carrera universitaria. Esto ocurrió cuando comenzaron a impartirse las clases en el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, ubicado en la localidad de Llavallol, provincia de Buenos Aires, dentro del predio de Santa Catalina.

Tiempo después, el Instituto se mudaría a la ciudad de La Plata y se transformaría en lo que es la actual Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de esa ciudad.

Como bien se sabe, la función primordial que cumplen los veterinarios es cuidar y resguardar la vida de todos los animales del planeta, ya sean los que están domesticados o bien los que viven en modo salvaje.

Aunque esta profesión también consiste en la prevención de enfermedades que se transmiten entre los animales y que pueden contagiar a las personas. A si vez, es importante destacar que en la misma fecha se celebra el Día del Ingeniero Agrónomo, en homenaje a la profesión y como recuerdo al mismo hito educativo.

El origen de la palabra “veterinario”

De acuerdo con el doctor Romero, el nombre de la profesión “tiene dos orígenes diferentes con significados distintos”. “Por un lado, viene del griego veterien, que significa amigo de las bestias de carga, que eran las atendidas por los primitivos veterinarios y por carácter transitivo se transportó a todas las actividades de la profesión”, detalló el experto.

Y añadió: “En la otra punta nos encontramos con que la palabra ‘veterinario’ tiene su origen en latín, y viene de la palabra vetus o veteris que significa viejo, vetusto. En la antigua Roma, los caballos usados por el ejército eran muy viejos. Estos animales fueron llamados ‘veterinus’. A quienes cuidaban de estos animales se llamaban veterinarii (veterinarius), que proviene de la palabra vetus o veteris extrapolando a la profesión del cuidado de los animales esa denominación”.

Claves para cuidar la salud animal

Control periódico

Para cuidar la salud de un perro o de un gato, “es sustancial el control periódico, sobre todo cuando supera los dos tercios de su esperanza de vida”, precisó Romero. “Entendiendo por esperanza de vida del perro pequeño, los 15 años; del perro mediano, los 13, 14 y del perro gigante o grande, en los 11, 12 años”, agregó.

Cuando llega a los dos tercios de esa edad debe haber controles cardiológicos, salvo específica indicación del médico veterinario de confianza y controles de sangre, “de la misma manera que nos hacemos nosotros a determinada edad. Eso puede prevenir enfermedades”, sumó el experto.

Vacunación

“Es importante tener en cuenta en un animal de compañía las vacunaciones y tener libre de parásitos externos e internos al animal. La vacunación de rabia es todos los años, toda la vida del animal, sobre todo en ambas puntas del camino, es decir, en el cachorro y en el adulto mayor”, planteó Romero.

Al tiempo que remarcó: “La vacunación séxtuple, que involucra moquillo, hepatitis, enfermedad de los ojos azules, parvovirosis, se debe hacer todos los años, toda la vida del animal. La vacunación de giardia y de tos de las perreras, que en realidad es tos de los criaderos, cada seis meses sería el ideal”.

Desparasitación

¿Qué pasa con la desparasitación externa? “Es un tema interesante para tener en cuenta, ya que las pipetas a base de permetrina en el perro, nunca en el gato con esta droga que es tóxica, debería realizarse una vez por mes colocando estas pipetas. Y en el gato las pipetas propias del gato, no las del perro que no las comparte. Los comprimidos no tienen efecto de repelencia. Y si utilizamos comprimidos sabemos que siempre será una fase complementaria de nuestro accionar”, dijo Romero.