La quema de cañaverales ha ganado la tapa de la opinión pública en Tucumán y la mayoría de los comentarios que llegan a Los Primeros son de personas que apuntan a los mismos cañeros por una situación que ocurre hace años y no aparecen vías de erradicación.

Sin embargo desde la Estación Experimental afirman que la quema es perjudicial para los cañeros y sostienen que la mayoría de los focos registrados son accidentales debido a que los campos han quedado altamente combustibles tras las heladas de julio.

"La quema está muy influenciada por las condiciones climáticas. Al productor no le conviene quemar caña de azúcar, ni la que está en pie ni el rastrojo después de la cosecha", dijo Juan Ullivarri.

Y siguió, "Si prende fuego el cañaveral, pierde producción si es que no cosecha inmediatamente y las máquinas cosechadoras no pueden ingresar a los campos quemados".

"Todos los cañeros están desesperados por cosechar porque tienen miedo que le prendan fuego a su cañaveral. Están bastante preocupados por el tema de la quema", confirmó.

De todos modos, hay pequeños cañeros que todavía siguen con la costumbre de quemar la caña después de cosecharla pero esas instancias son controladas. 

Hasta hace unos 40 años, el cañero si quemama su campo porque le beneficiaba ya que el sistema de cosecha era con machete en mano. Ahora, la cosecha se hace con máquinas especializadas y la quema ya no es necesaria. 

Tucumán, Salta y Jujuy aún registran quema de cañaverales mientras que Brasil, uno de los exportadores más grandes de América Latina, logró erradicar esa actividad.